martes, 15 de noviembre de 2011

JEAN-PHILIPPE RAMEAU Y SU OBRA “Les Indes Galantes”

Por: Carlos Beltran




Jean-Philippe Rameau (Dijon25 de septiembre de 1683 - París12 de septiembre de 1764), fue un músico, teórico y compositor francés de gran importancia para el desarrollo musical francés durante el periodo del Barroco, pues por un lado, exploraba una forma musical desarrollada anteriormente por Jean Baptiste Lully, la tragedia-lírica, mas sin embargo hacía grandes esfuerzos porque una nueva forma musical, la ópera-ballet, tomara fuerza y tuviera una buena acogida por el público. Su esfuerzo e importancia consiste en darle una nueva importancia a la parte instrumental, ya que deja de ser un simple acompañamiento y la orquesta se vuelve parte del espectáculo, en donde las voces, las danzas y los músicos están al mismo nivel de importancia frente al público. Ahora, para poder entender la importancia de Jean-Philippe Rameau, y de su obra Les Indes Galantes, es necesario, en primera instancia, hacer un análisis del contexto histórico en el cual se sitúa este compositor. Luego de abordar este contexto histórico, es importante continuar con el análisis del compositor como músico y así encontrar la relación entre su vida personal y su vida musical. Una vez desarrollados estos dos primeros puntos, será más fácil vislumbrar la importancia de una obra como Les Indes Galantes y el aporte, tanto de la obra como del autor, al desarrollo musical francés del Barroco, que en ese momento busca un distanciamiento del estilo italiano, y por eso, explorando dentro de lo que se puede denominar como ópera, el estilo francés se desarrolla teniendo en cuenta otros componentes tomados de otras formas musicales como el ballet de Cour, el pastoral, la pièce à machines y de la tragédie y comédie-ballet, lo que determina el desarrollo posterior del estilo francés y su interés por darle importancia al conjunto como todo, como espectáculo compuesto de varios componentes (texto, música, puesta en escena, danzas, vestimentas, etc.)

Análisis del contexto histórico.

Luego de un gran desarrollo de la ópera en Italia, esta forma musical llega hasta Francia. Sin embargo, en Francia es acogida de una manera muy diferente, pues mientras que en Italia se hablaba de la ópera como forma musical, en Francia, más específicamente en la ópera lullista, se habla de “una pieza de teatro con acompañamiento musical: ‘tragedia lírica’, no ‘ópera’. No se concibe como un conjunto formado por libreto y partitura, sino como una pieza dramática enriquecida con música, danzas, coros, tamoyas…”. Esto ocurre debido a la procedencia del mismo Lully, quien si bien se consolida como una influencia musical francesa, su procedencia (nacido en Italia), y todo su bagaje cultural traído desde este otro país, hace que al introducir la ópera en Francia, lo haga aún con una influencia italiana. La diferencia con la òpera-ballet francesa radicaría, más adelante, en que mientras que la ópera italiana nace de la importancia de explorar nuevas posibilidades con las voces, una vez llegada a Francia, y después de un tiempo, se le da importancia no solo a las voces sino que ganan protagonismo los bailes, las puestas en escena y la misma orquesta.

Aún cuando la forma musical no sea exactamente la misma que en Italia, pues en ese momento la ópera italiana, en 3 actos, se proponía exaltar la música y sobre todo el canto solista, por otro lado, la tragedia lírica , en 5 actos, pretendía poner al mismo nivel de importancia los diferentes componentes de la obra (texto, música, luces, vestimenta, etc.); se puede afirmar que la ópera francesa nace a manos de Jean-Baptiste Lully, quien presenta en 1673 lo que se puede considerar como la primera ópera francesa: Cadmus et Hermione. Sin embargo, para ese entonces, el autor denominaba a este tipo de obras “tragédie en musique” que más adelante se transforma en “tragédie lyrique”, una forma musical denominada como ópera, pero que difería de la ópera italiana para poder complacer el gusto del público francés, y la necesidad de exploración de los compositores como Lully, Couperin y finalmente Rameau.


Es así como la estructura musical de la ópera italiana (en 3 actos) se ve reemplazada por una fórmula que más adelante sería conocida como “francesa”, pues para poder satisfacer el gusto del público francés, dentro del cual se encontraba el rey Luis XIV, Lully decide proponer para esta forma musical, una estructura dividida en cinco actos, cada uno independiente, precedidos por un prólogo. Este prólogo a su vez era presentado después de una “obertura” a tres partes que se desarrollaban según el siguiente orden: lento-vito-lento.

Esta sería entonces la estructura que predominaría en el territorio francés hasta la muerte de J.B. Lully. Un periodo considerablemente largo en el cual la música quedaba sin posibilidad de experimentar cambio alguno, dada la cercanía del compositor con el rey Luis XIV (primogénito y sucesor de Luis XIII y de Ana de Asturia, hija del rey Felipe III de España, que reinó en Francia desde 1643 hasta 1715), personaje que si bien ayudó a la difusión y dominio cultural francés en Europa, dando a conocer a personajes como Molière, Racine, La Fontaine, y hasta al mismo Lully, dada su condición de dirigente absolutista y de poder totalmente centralizado, el desarrollo cultural giraba en torno a sus gustos y a su mandato y permisividad. Al respecto, Marie-Claire Beltrando-Patier, autora del libro “Historia de la Música”  afirma que “El monopolio sobre la producción de tragedias líricas que Luis XIV concedió a Lully limitó considerablemente la vida musical del país. (…) Entre 1672 y 1687 no se produce en Francia ninguna ópera importante, excepto las de Lully”. Consecuentemente, después de un monopolio sobre la producción de tragedias líricas, en el cual Lully acaparó el desarrollo musical de todo un país, tras la muerte de este compositor, y además de su libretista y poeta (Quinault), Francia entra en un periodo de estancamiento. A pesar de la aparición de un nuevo género en la música francesa, la ópera-ballet, a manos de André Campra (1660-1774), no es sino hasta Jean-Philippe Rameau que la escena musical francesa encuentra una renovación, donde las danzas cobran la mayor importancia por encima de las partes líricas y el hecho de buscar nuevos personajes protagonistas para las ópera-ballet sacados de la vida contemporánea, dejando de lado a los héroes mitológicos tan apreciados y utilizados en la tragedia musical. “Todos sus contemporáneos atribuyen a Rameau el mérito –o el error-  de haber transformado el género”. Se pasa entonces de la tragedia lírica propuesta por J.B. Lully, descrita en líneas anteriores, en donde “la obra era el texto; la música, un mero adorno”, a la renovación de la tragedia lírica de J.P. Rameau “bajo la forma, en principio, de un cambio de papeles: la música suplantaba al poema”.

Análisis del compositor: Jean-Philippe Rameau

Vale la pena mencionar que, a pesar de haber nacido en 1683, y haber tenido una vida musical activa durante los primeros años de su vida, siendo violinista y teórico musical, no es hasta que compone su primera ópera Hippolite et Aricie en 1733 que logra causar un revuelto en la música francesa. Siguiendo el camino abierto por André Campra, situado cronológicamente entre Lully y Rameau, y quien desarrolla la forma de la comédie-ballet con la creación de su obra “L’Europe Galante” en 1697, Rameau retoma esta forma y tema en 1735 al componer Les Indes Galantes, una ópera-ballet que llega a ser la obra más conocida de este compositor, y que consiste en una parte del gran aporte que este personaje haría a la música francesa que tendría su apogeo en el Clasicismo. En esta obra, Jean-Phillipe Rameau logra mostrar una gran producción, o como se le llamaba, un grand-spectacle que responde igualmente a un periodo de la vida del rey Luis XIV, en donde se dedica a los placeres de la vida y a disfrutar de las galanterías de su corte. Es entonces Rameau quien logra cambiar la perspectiva y mostrar un nuevo mundo contemporáneo, hablando del amor y sus diferentes interpretaciones en las “Indias” de cuatro lugares distintos y muy alejados de Francia; deja entonces de preocuparse por mostrar las vidas y tragedias de héroes y personajes mitológicos para mostrar una realidad contemporánea basada en temas menos trascendentales y más despreocupados.

La obra: Les Indes Galantes

Esta obra es una ópera-ballet, forma musical desarrollada en Francia “la cual consistía en un prólogo seguido de una serie libre de actos —también conocidos como «entrées» (entradas)— a menudo vagamente agrupados alrededor de un tema único. Los actos individuales también podían ser representados de forma independiente, en cuyo caso se conocían como «acte de ballet»” La ópera-ballet, como lo indica su nombre, es una representación teatral con música, en donde la danza cobra gran importancia, a diferencia de lo que ocurría con la “tragédie en musique”. A diferencia de Lully y su tragedia lírica, donde la importancia la tienen en mayor grado las partes líricas, Rameau exalta la importancia de las danzas y la puesta en escena, dejando atrás la simple representación teatral y llevándolo hasta el nivel del grand-spectacle donde todos los componentes se pueden ver como partes iguales de una grandísima producción teatral compuesta por texto (con su libretista), música (del compositor en este caso Rameau), puesta en escena, vestimenta, máquinas y efectos especiales de luz y sonido (traídos de la pièce a machines) entre otras cosas. Es importante mencionar que a lo largo del Barroco, la ópera-ballet siguió siendo una forma musical popular, bien recibida por el público francés. Así se encuentran títulos del mismo compositor como Les Fêtes d’HébéLes Fêtes de PolymnieLe Temple de la GloireLes fêtes de l’Hymen et de l’AmourLes Surprises de l’Amour.



Esta obra en particular, Les Indes Galantes, consiste en un prólogo seguido por cuatro entradas que narran diferentes historias de amor en lugares que, en ese entonces, por ser desconocidos, se denominaban como “Las Indias”. Estos cuatro lugares son Turquía, Perú, Persia y Norteamérica. Sin embargo, en el momento de su estreno en 1735, sólo fueron presentadas tres de las entradas. La cuarta entrada fue estrenada un año después.

En esta ópera ballet, se pueden observar diferentes formas musicales dentro de la obra, pues se compone de arias, dúos, corales, momentos sinfónicos y fragmentos compuestos únicamente por la orquesta, entre muchas otras formas; las cuales van apareciendo de acuerdo al desarrollo de la obra. Por ejemplo, cada acto, o cada una de las entradas abre con una parte sinfónica, para así darle la importancia y el espacio necesario de desarrollo a la orquesta, ya que las partes recitativas, siguiendo con la idea del Barroco de destacar igualmente las voces, son acompañadas generalmente por un clave, pues la importancia en este momento de destacar el texto y asegurar su entendimiento era una de las preocupaciones primordiales tanto para los libretistas como para los compositores. Otra diferencia que se vislumbra en esta obra es la exaltación de personajes mundanos mostrado en situaciones que contrastan con las tragedias clásicas y con los héroes y personajes míticos de los inicios de la ópera italiana. Entonces, en esta obra, Les Indes Galantes, se mantiene esta concepción y se presenta el argumento de esta obra en referencia a la vivencia de “las indias” de cuatro lugares diferentes viviendo un mismo tema, que para este caso es el amor mundano.


Bibliografia:
“Historia de la Música”  Marie-Claire Beltrando-Patier


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