Por: Leiter
* Ópera en tres actos
* Libreto de Nahum Tate basado en La Eneida de Virgilio
* Estrenada en Londres en 1689
* Lugar de la acción: Cartago en época mítica
* FIGURACIÓN:
- DIDO, reina de Cartago – Soprano dramática o mezzo
- BELINDA, su hermana – Soprano lírica
- HECHICERA – Mezzosoprano
- ENEAS, príncipe troyano – Tenor dramático o mezzo
- UN MARINO – Tenor lírico
- UN ESPÍRITU – Mezzosoprano
- Cortesanos, brujas y marineros
En Dido y Eneas destaca el sentido dramático impuesto por Purcell y su excepcional don para poner música a las letras más trilladas que caían en sus manos. Con esta ópera Purcell alcanza unos niveles de inspiración sobrenaturales en algunos de los pasajes, sobre todo en los dedicados a la protagonista Dido, que se encuentran entre los más conmovedores de toda la era barroca. Purcell logró el desarrollo de esta tragedia con un equilibrio musical que elude cualquier atisbo de aburrimiento. Sin embargo, esta ópera no tuvo una posterior continuidad en el desarrollo del teatro dramático inglés, ya que Haendel adoptaría un posterior estilo italianizante cuya mayor consecuencia fue el enorme vacío que sufrió la ópera autóctona inglesa hasta la llegada de Britten en el siglo XX.
DESARROLLO DE LA ACCIÓN
- ACTO I: Obertura y escena en el Palacio de Dido: Dido no se atreve a declararle a Eneas el amor que por él siente pese a que su hermana Belinda, acompañada por un séquito de damas, logra convencerla de que el príncipe también la ama. Aparece por fin Eneas en el palacio y todos celebran la futura felicidad de la pareja.
- ACTO II. CUADRO I: Una cueva. La Hechicera, enemiga de la reina, desea tanto la caída de Cartago como la separación entre Dido y Eneas. Para ello, y secundada por las brujas, logra que estalle una enorme tormenta que sorprende a los amantes, quienes están cazando en el bosque. Éstos no tienen más remedio que refugiarse en una cueva.
- ACTO II. CUADRO II: En el bosque. Belinda y sus amigas representan una mascarada para divertir a los amantes. Pero la cacería se interrumpe como consecuencia de la tormenta. Dido, sola, busca refugio en la cueva. Mediante las artimañas de la Hechicera, un espíritu, disfrazado del dios Mercurio, le recuerda a Eneas que debe seguir rumbo a Italia. El príncipe se marcha y las brujas cantan y danzan llenas de alegría.
- ACTO III: El puerto de Cartago. Un marino le dice a sus compañeros que se vayan preparando para partir. Eneas está a punto de abandonar a Dido, mientras que el plan de la Hechicera es hundir su flota e incendiar Cartago. El príncipe trata de convencer a la reina con el argumento de que sigue el mandato de los dioses. Dido, decepcionada, le dice que se marche a pesar de las protestas de Eneas. La reina sabe que, tras la partida de Eneas, a ella sólo le espera la muerte. Dido entona entonces una conmovedora despedida y luego fallece. Sobre su cadáver aparece un grupo de Cupidos mientras el coro se lamenta por un amor tan desgraciado.
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